De antaño: “La Perla del Ucayali”

Por: Raúl Herrera Soria
Vapor que navegaba el Ucayali en tiempos de los
 negocios de la goma natural. (Foto:Derechos Registrados)
Nunca está demás conocer el pasado de un pueblo o el pasado de nuestra raza humana, al contrario creo que es necesario. Sobre Contamana y los pueblos de la provincia, muchos autores han escrito extensas líneas y han abundado en conceptos con información sumamente valiosa que nos ayuda a efectuar una evaluación del pasado.
La historia de Contamana tiene sus bases en leyendas que esclarecen la realidad o por lo menos fijan una idea sobre cómo se habría dado el inicio de la vida comunitaria en esta ciudad. Pero más allá de lo mítico de la sirena y del personaje de la familia indígena y sus amoríos fantásticos, está la presencia real de los religiosos católicos que en su peregrinar fueron evangelizando, estudiando, escribiendo geografía, registrando la historia y fundando pueblos.
Los sacerdotes desde los siglos XVIII y XIX han contribuido grandemente a la socialización, la paz y el entendimiento entre los hombres y mujeres que protagonizaron la vida en Contamana. Antes de la independencia nacional, ya habían fundado el caserío que hoy es la ciudad capital de la provincia de Ucayali y lograron un acuerdo pacífico entre los grupos indígenas que eran antagónicos entre ellos, desde lo ancestral. Estos hasta llegaron a ser perseguidores de los sacerdotes, a muchos de los cuales acabaron sus vidas.
Al estudiar o revisar la historia, nos fijamos en los hechos acontecidos en el pasado, en los personajes históricos importantes, en la sociedad y su evolución en el tiempo, en etapas de la vida aparentemente insensibles o poco difundidas. Cómo no considerar importante el periodo económico de la explotación cauchera en feudos ucayalinos que hicieron de la urbe de Contamana una ciudad reluciente, simpática, con algunos perfiles de las sociedades europeas, claro que para ser auténticos: marcando sus diferencias y las distancias.
Una etapa muy importante en la historia de Contamana es sin duda la que comienza con el siglo XX al momento que el Gobierno Nacional, entonces en manos de personajes de la sociedad arequipeña de postguerra con Chile, resuelve mediante Ley crear políticamente la provincia de Ucayali, y aparece en el escenario la figura del alcalde y los concejales, síndicos o regidores.
Aunque ciertamente, vamos a encontrar a lo largo de muchas décadas una figura de alcalde elegido por la modalidad de elecciones indirectas por un grupo pequeño, una elite de esta comunidad, al amparo de leyes excluyentes en un momento y después por decisiones unilaterales del gobierno de Lima o de Iquitos. Contamana al principio del siglo pasado, fue centro de especial atención de grupos económicos conformados por personajes discretos enclavados en las esferas del Poder Ejecutivo que mantenían inversiones en la explotación de las plantaciones shiringueras en los años de apogeo de la comercialización mundial del jebe natural, en cuyos negocios los bosques amazónicos eran principales proveedores.

Esta condición atrajo la presencia de personas que hicieron suyos estos predios, desarrollando aquí múltiples actividades económicas. Procedentes de San Martín, llegaron familias enteras e individuos para conformar una sociedad diferente al lado de otros pioneros que viajaron desde otros países de América, Europa y el Norte de África para hacer de Contamana una ciudad diferente, con la fusión de los encantos que le entregaba la naturaleza, la paz y hospitalidad de sus gentes para dar lugar a una ciudad a la que hasta hoy llaman “La Perla del Ucayali”.
Bibliografía: "Contamana 1900" de Raúl Herrera Soria. 2017

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